El Internet de las cosas (IoT) desempeña un papel fundamental en el desarrollo de las ciudades inteligentes al integrar tecnología e infraestructura para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Con sensores y dispositivos habilitados para IoT, se monitorean y controlan diferentes aspectos de la vida urbana, como el flujo de tráfico, la gestión de residuos, la iluminación de calles y los sistemas de gestión de estacionamiento. Estos sistemas interconectados mejoran la eficiencia, reducen el consumo de energía y proporcionan datos en tiempo real para una mejor toma de decisiones. Además, el IoT mejora la gestión del tráfico al recopilar datos sobre congestión, accidentes o trabajos en carreteras y transmitir esta información a los conductores. También se utiliza para el monitoreo de la salud estructural de edificios y puentes, y la integración en servicios públicos permite el control remoto de la iluminación, la gestión de residuos y la seguridad pública.
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