ELFA y Aotec rechazan incentivos a la concentración empresarial y defienden la competencia como motor de inversión, innovación y resiliencia en redes.
Los 800 operadores de telecomunicaciones europeos asociados en ELFA, entre los que se cuenta la española Aotec, han expresado su rechazo a “iniciativas políticamente forzadas para promover la consolidación transfronteriza de los mercados telecomunicaciones” y fomentar la unión de grandes corporaciones para ganar escala. Una idea que surge a raíz del Libro Blanco de la Comisión Europea, titulado “Cómo dominar las necesidades de infraestructura digital de Europa”.
Desde Aotec se recalca que “estamos absolutamente en contra de que se otorgue cualquier tipo de incentivo para la concentración entre grandes empresas”.
Los miembros de la organización europea ELFA argumentan que la existencia de múltiples actores es una garantía de un despliegue de redes “rápido y eficiente”, algo que ha ocurrido en España con la fibra óptica. De hecho, los operadores alternativos de ELFA (European Local Fibre Alliance) son responsables de la construcción de más del 50% de las redes de fibra locales y regionales en áreas urbanas y rurales de toda Europa.
Subrayan su papel clave en la digitalización, dado que la confianza establecida con sus clientes facilita la incorporación de nuevos servicios digitales. También argumentan que, en un entorno de ciberamenazas cada vez mayor, son un factor de resiliencia.
En el terreno de la competencia, ELFA afirma que forzar la concentración del mercado con menos operadores ya ha demostrado que “conduce a una menor inversión, menor innovación y bienestar de los consumidores” en términos de oferta y precios. En su opinión, “se deben apoyar las estructuras de propiedad diversificadas y la inversión local en lugar de fomentar la consolidación transfronteriza a gran escala”.
Sin pruebas
Recalcan la falta de pruebas que sustenten la idea de un supuesto retraso europeo en eficacia respecto al mercado de EEUU. Argumentan con datos de la UIT y la OCDE que los precios de la banda ancha móvil y fija son en general más bajos que en EEUU y el despliegue de la fibra óptica es mayor. Además, los precios de los datos móviles en la UE son de los más bajos del mundo.
La Alianza europea de operadores locales de fibra óptica defiende que “el mercado europeo de las telecomunicaciones ya es competitivo y funciona bien” y aboga porque las cuestiones de consolidación transfronteriza se traten “en términos de mercado y dentro del marco existente de la legislación nacional y europea antimonopolio y de competencia”. Reclaman un marco regulatorio predecible para atraer inversiones y permitir una competencia leal.
Además, subrayan la dificultad de la integración de los mercados, dado que cada uno de los 27 países de la UE presenta realidades muy diferentes en cuanto a demanda, consumo, modelos de negocio y cobertura de redes de muy alta capacidad. Una estructura fragmentada que a juicio de ELFA hará que sigan existiendo “fuertes mercados nacionales de telecomunicaciones más allá de 2030, ya que los consumidores seguirán orientándose principalmente hacia servicios y redes locales, regionales y de ámbito nacional”.
ELFA señala que la escala “puede ser una necesidad para que las empresas atraigan capital de inversión, cumplan los crecientes requisitos normativos y estén financieramente equipadas para realizar las continuas actualizaciones tecnológicas de las redes de comunicaciones electrónicas” pero no considera que “las iniciativas políticamente forzadas para promover la consolidación transfronteriza sean la forma correcta de avanzar”.
Seguridad y resiliencia
Respecto a la seguridad, la organización considera que “la propiedad local y regional desempeña un papel crucial a la hora de garantizar que las infraestructuras críticas sigan funcionando incluso en tiempos de crisis”.
Las redes descentralizadas “permiten una mayor flexibilidad y adaptabilidad, garantizando que los servicios de comunicación vitales puedan mantenerse de forma independiente en caso de interrupciones importantes.”
Por lo que respecta a la digitalización, la Alianza cree que la confianza de los ciudadanos en la sociedad digital europea se fortalece cuando el proveedor de servicios está próximo a su comunidad, ya sea por cuestiones geográficas o por valores compartidos.
(AOTEC)