El sistema puede controlar eficazmente actividades como el sueño, la alimentación y la frecuencia con que se va al baño.
Los ingenieros aprovechan la inteligencia artificial (IA) y la tecnología inalámbrica para vigilar discretamente a los ancianos en sus viviendas y detectar precozmente problemas de salud incipientes. El nuevo sistema, creado por investigadores de la Universidad de Waterloo, realiza un seguimiento preciso y continuo de las actividades de una persona, recopila información vital sin necesidad de un dispositivo portátil y alerta a los expertos médicos de la necesidad de intervenir y prestar ayuda.
"Después de más de cinco años trabajando en esta tecnología, hemos demostrado que los sistemas de radio de ondas milimétricas de muy baja potencia basados en el aprendizaje automático y la inteligencia artificial pueden utilizarse de forma fiable en hogares, hospitales y centros de cuidados de larga duración", explica George Shaker, profesor adjunto de Ingeniería Eléctrica e Informática. "Una ventaja añadida es que el sistema puede alertar al personal sanitario de caídas repentinas, sin necesidad de dispositivos que invadan la intimidad, como las cámaras".
El trabajo de Shaker y sus colegas llega en un momento en que los sobrecargados sistemas sanitarios públicos luchan por satisfacer las necesidades urgentes de una población de ancianos en rápido crecimiento. Aunque el estado físico o mental de un anciano puede cambiar rápidamente, es casi imposible seguir sus movimientos y descubrir problemas 24 horas al día, 7 días a la semana, incluso si viven en centros de cuidados de larga duración. Además, otros sistemas existentes de seguimiento de la marcha -cómo camina una persona- son caros, difíciles de manejar, poco prácticos para las clínicas e inadecuados para los hogares.
El nuevo sistema representa un gran paso adelante y funciona de la siguiente manera: en primer lugar, un transmisor inalámbrico envía formas de onda de baja potencia a través de un espacio interior, como una habitación de cuidados de larga duración, un apartamento o una casa. A medida que las ondas rebotan en los distintos objetos y en las personas vigiladas, son captadas y procesadas por un receptor. Esa información pasa a un motor de inteligencia artificial que descifra las ondas procesadas para aplicaciones de detección y vigilancia. El sistema, que emplea tecnología de radar de muy bajo consumo, puede montarse simplemente en el techo o junto a una pared y no sufre los inconvenientes de los dispositivos de vigilancia portátiles, que pueden resultar incómodos y requieren una carga frecuente de la batería.
"Utilizando nuestra tecnología inalámbrica en hogares y residencias de larga duración se pueden vigilar eficazmente diversas actividades, como dormir, ver la tele, comer y la frecuencia con que se va al baño", afirma Shaker. "Actualmente, el sistema puede alertar a los cuidadores de un deterioro general de la movilidad, una mayor probabilidad de caídas, la posibilidad de una infección urinaria y la aparición de varias otras afecciones médicas".
Los investigadores de Waterloo se han asociado con una empresa canadiense, Gold Sentintel, para comercializar la tecnología, que ya se ha instalado en varias residencias de cuidados de larga duración.
Un artículo sobre el trabajo, AI-Powered Non-Contact In-Home Gait Monitoring and Activity Recognition System Based on mm-Wave FMCW Radar and Cloud Computing, aparece en la revista IEEE Internet of Things Journal.
El estudiante de doctorado Hajar Abedi fue el autor principal, con contribuciones de Ahmad Ansariyan, el Dr. Plinio Morita, el Dr. Jen Boger y el Dr. Alexander Wong.
(University of Waterloo)