Un nuevo informe revela que priorizar el coste inicial compromete el rendimiento, eleva los gastos ocultos y pone en riesgo la escalabilidad de los proyectos IoT.
Un enfoque centrado únicamente en conseguir conectividad de bajo coste está minando la viabilidad de numerosos proyectos de Internet de las Cosas, generando costes ocultos y notables deficiencias de rendimiento, según un nuevo análisis de Eseye, proveedor global de soluciones de conectividad IoT.
En su nuevo informe, “Beyond the Price Tag: The True Cost of IoT Connectivity”, la compañía advierte que esta obsesión por minimizar el coste inicial suele convertirse en una “falsa economía”. De hecho, el 68% de los altos responsables de toma de decisiones en IoT coinciden en que los proveedores de conectividad baratos no representan una buena inversión a largo plazo. El documento insta a las empresas a ir más allá del precio inicial y calcular el verdadero Total Cost of Ownership (TCO, o coste total de propiedad).
El TCO de la conectividad IoT abarca todos los costes asociados con el diseño, despliegue y mantenimiento de la conexión durante todo el ciclo de vida de un dispositivo, con el fin de determinar el valor real de la inversión.
Eseye identifica en el informe cinco pasos clave para evaluar correctamente una iniciativa IoT:
- Evaluar el TCO completo, no solo el precio inicial: No basta con considerar el coste de la SIM o la tarifa de conectividad; es necesario contemplar todos los gastos a lo largo del ciclo de vida del dispositivo, incluidos posibles periodos de inactividad, mantenimiento y gestión de proveedores.
- Vincular la conectividad directamente a los ingresos y niveles de servicio: En modelos de negocio como los puntos de recarga de vehículos eléctricos o las máquinas expendedoras, una interrupción del servicio implica pérdida inmediata de ingresos y deterioro de la satisfacción del cliente. En aplicaciones críticas, como la monitorización remota de salud, el tiempo de actividad del 100% es innegociable.
- Diseñar pensando en todo el ciclo de vida del dispositivo: Considerar las necesidades de conectividad desde la fase de diseño es esencial para optimizar el TCO. Esto incluye la mejora de la duración de la batería —que puede extenderse hasta un tercio más con la tecnología adecuada— y la creación de un único SKU global, lo que puede ahorrar más de un millón de dólares en logística, ingeniería y costes de cumplimiento.
- Controlar los costes operativos y de roaming de datos: En despliegues globales, los cargos imprevistos por roaming pueden disparar las facturas. Tecnologías como la localización mediante eSIM permiten que los dispositivos se conecten a la red local más rentable, reduciendo los costes de datos entre un 60% y un 80%.
- Mitigar riesgos futuros de red: El panorama tecnológico cambia constantemente, como han demostrado los recientes apagones de redes 3G en el Reino Unido por parte de operadores como Vodafone y EE. Dispositivos no preparados para 4G y tecnologías posteriores, como algunos modelos tempranos del Nissan Leaf, han requerido actualizaciones manuales o han sido retirados del servicio.
“Demasiados proyectos IoT prometedores se ven afectados por una visión cortoplacista que prioriza el coste inicial, dejándolos expuestos a fallos de conectividad, aumento de gastos operativos e incapacidad para escalar”, declaró David Langton, director de marketing (CMO) de Eseye. “En una encuesta realizada a altos responsables de IoT, encontramos que el 99,6% de los despliegues no alcanzan los niveles de conectividad requeridos. Las empresas suelen dejarse tentar por la oferta más barata por unidad, pero rara vez esta proporciona el mejor valor a largo plazo. Nuestro marco de TCO está diseñado para aportar la claridad estratégica necesaria para transformar el IoT de un centro de costes a un motor de rentabilidad y generación de nuevos ingresos”.
El impacto de aplicar un enfoque basado en TCO puede ser notable. En un caso práctico recogido en el whitepaper, Eseye colaboró con una marca global de publicidad para revisar su estrategia de conectividad. El análisis del TCO a cinco años identificó un ahorro neto de 8,8 millones de libras, logrado mediante la eliminación de hardware redundante, la reducción de tarifas de datos, la disminución de interrupciones y la prevención del bloqueo con un único proveedor.
(Eseye)